Hace unos días os hablamos de un fenómeno meteorológico siempre bello y a veces peligroso, como es la niebla. Hoy hemos querido darle protagonismo al invierno en la Serranía de Cuenca, que al igual que la niebla, convierte nuestros valles, montañas, ríos y bosques en auténticas estampas para el recuerdo.
EL INVIERNO EN LA SERRANÍA DE CUENCA
El invierno en la Serranía de Cuenca es implacable, y es que se dice que es uno de los puntos más fríos del país.
Algunos animales se esconden en sus madrigueras y escondrijos (hibernan) y no salen hasta que el invierno se retira.
Es lógico… la comida escasea y la nieve y el frío no hace nada fácil la vida en la montaña.
Otros animales como los ciervos, están activos todo el año, pero cambian de pelaje dependiendo de la época del año para aguantar las bajísimas temperaturas que se llegan a registrar en los meses más duros del invierno.
En ocasiones el termómetro ha llegado a estar hasta por debajo de los -20º…
¡Hay que ser muy duro para aguantar eso!
Animales amantes del invierno
En cambio hay otros animales que prefieren hacernos una visita en los meses más fríos, como por ejemplo la garza real o el cormorán grande.
Cuando el invierno empieza a flaquear, es impresionante ver las enormes bandadas de garzas reales que abandonan de nuevo nuestras tierras para dirigirse al frío del norte.
Leer la Naturaleza
Hay animales que nos ayudan a predecir la llegada del frío intenso o de las nevadas.
Seguro que habéis oído el refrán «Cuando el grajo vuela bajo hace un frío del carajo».
La lavandera blanca, un pájaro de tamaño similar al de un gorrión, se le conoce como la pajarita de las nieves, y es que a este pequeñajo le encanta el frío, así que si lo ves por la ciudad es un indicativo de que va a nevar.
Técnicas contra el frío
En cuanto a las plantas, también son seres vivos, y el frío también les pasa factura…
Algunos árboles «se abrigan» segregando anticongelantes químicos.
Algunas especies poseen vellosidades que funcionan como cámaras de calor, y otras cambian el color de sus hojas a un verde más oscuro para absorber más el calor del sol.
Algunos estudios indican que en los meses de invierno hay un aumento en los cuadros de nostalgia y depresión de la población.
Hace frío y las horas de sol se reducen, por lo que tendemos a pasar más horas dentro de casa.
En algunos países como Dinamarca han creado lentes especiales para crear luz similar a la del sol.
Pero hay que ver el invierno como algo natural, incluso necesario.
Cuando nieva, lo que cae del cielo son cientos de toneladas de copos de nieve que después de convertirán en agua… en vida.
El invierno también es divertido
¡Además es divertido! En muchas ocasiones nuestros huéspedes nos han llamado para preguntarnos si había nevado por la Serranía de Cuenca.
Su intención no era otra que hacer guerras de bolas de nieve y muñecos con sus amigos o con sus hijos.
Hace pocos días cayó un intenso nevazo en Cuenca, por lo que me vi en la obligación de llamar a Alberto, uno de nuestros huéspedes para avisarle de las complicaciones que podría encontrarse… a lo que él me contestó: «Fernando, llueva, truene o nieve, vamos para allá».
¡Ojo! llevaban cadenas… ¡y al final pasaron unos días estupendos!
Pudieron ver cosas que no se ven todos los días, como la laguna de Uña o el embalse de la Toba con una capa de hielo que permitía caminar por la superficie, los carámbanos de hielo que se forman poco a poco, blancos paisajes esculpidos por nieve virgen, o la Cascada del Río Cuervo congelada…
¡Menudo espectáculo!
Por mi parte espero que os haya gustado. Ahora, si me disculpáis, voy a recoger la ropa del tendedero, que dicen que mañana nieva… 🙂
La Serranía de Cuenca, bonita en invierno y verano.
¡Muy cierto Merche! Es bonita en cualquier época del año 🙂 ¡Un abrazo!
La serranía de Cuenca es espectacular en cualquier estación, las imágenes del invierno con el hielo, las previas del otoño con la gama de colores , el frescor de la primavera,
¡Eso pensamos nosotros! Cada época tiene su encanto… Un abrazo 🙂