¡Ya tenemos toda la colección! Os hemos hablado del Paisaje Ilustrado de Valdemeca, del Paisaje Ilustrado de Cañete, y ya sólo nos faltaba mostraros el recorrido del Paisaje Ilustrado de Huerta del Marquesado.
En esta ocasión viajamos hasta el pequeño pueblo de Huerta del Marquesado, en plena Serranía de Cuenca, para conocer la otra obra del artista conquense Luis Zafrilla, nacido en la vecina localidad de Valdemeca en el año 1.956.
Las figuras del Paisaje Ilustrado
Al igual que los otros Paisajes Ilustrados, el de Huerta del Marquesado consta de una serie de figuras hechas en acero corten en tamaño natural.
Se integran en el entorno de manera casi mágica, siendo difícil diferenciar si se tratan de personas reales o no, si las miramos desde lejos.
Sólo las delata el hecho de que permanecen inmóviles con el paso de los años.
Las figuras tienen diferentes tamaños y recrean la cultura popular tradicional.
Habla de oficios desaparecidos o casi desaparecidos.
Habla de personas cuyo trabajo se desarrollaba en el campo sin la ayuda de las máquinas.
Los tres Paisajes Ilustrados de la Serranía de Cuenca, pretende perpetuar nuestro pasado, sirviendo de apoyo a la memoria de los pueblos y contribuyendo al turismo rural de la zona.
Nosotros hicimos entrada en el pueblo desde la Laguna del Marquesado.
La Marcha Blume
Nada más entrar, veréis unas figuras a mano derecha que representan la MARCHA BLUME, en conmemoración al accidente aéreo que tuvo lugar el 29 de abril de 1959 y en el cual fallecieron ocho personas, entre las cuales se encontraba el gimnasta olímpico Joaquín Blume.
Hace un par de años, el periódico La Vanguardia publicó un artículo en homenaje al deportista, con el título Joaquín Blume, el ángel roto.
El avión se estrelló entre los términos municipales de Beamud y Valdemeca, pero todos los años decenas de personas le rinden reconocimiento recorriendo una marcha senderista a través de los caminos que recorren las montañas que rodean Huerta del Marquesado.
Al lado de la carretera, casi saliendo del pueblo, se encuentra la representación de este accidente con un avión encajado entre los árboles.
Hablando de sendas, veréis un precioso camino que parte del pueblo y que transcurre paralelo a un pequeño y gracioso riachuelo.
Si ahora tiene encanto, no podemos evitar pensar lo bonito que debe ser en los meses de otoño…
Museo del Agua Clara
Ya bien entrados en el pueblo, es imposible no ver una serie de cuadros expuestos en las paredes de las casas, y que están «regados» a lo largo de gran parte de las calles de Huerta del Marquesado.
Se trata de un itinerario artístico urbano, creado gracias a una serie de artistas que accedieron a que sus obras fueran expuestas y que representa el estrecho y especial vínculo que une a las personas con el agua.
Este museo al aire libre es un grito a la importancia de este elemento y nos recuerda que debemos ser cuidadosos y respetuosos.
El oro es más valioso, pero no se puede beber…
Este Museo del Agua Clara también está compuesto por una exposición a cerca de los usos del agua en un marco incomparable.
En esta ocasión debemos irnos al lavadero del pueblo, un bello ejemplo de arquitectura tradicional.
Los lavaderos de los pueblos, eran (y siguen siendo en algunos casos) el lugar de reunión de mujeres y jóvenes.
Hoy en día todavía podemos ver a alguna mujer rozar la ropa contra las pilas con fuerza.
Aunque las máquinas modernas reinen en un mundo globalizado como el de ahora, en algunos sitios ni se las entiende, ni se las pueden permitir.
A las puertas del lavadero, un grupo de lavanderas se paran a charlar.
Llevan consigo a sus hijas, las cuales bien podían aprovechar para jugar mientras sus madres hacían las labores de limpieza de la ropa.
Es necesario irse un poco hacia las afueras del pueblo para ver el resto de figuras que componen el Paisaje Ilustrado de Huerta del Marquesado.
Hacia el Molino del Batán
Hay un camino que nos lleva al Molino del Batán y a lo largo del cual se encuentran el resto de figuras.
A orillas de este camino, se encuentran la pareja de agricultores con sus mulas cargando los productos que les ha dado la tierra.
Las mulas, los burros, los caballos fueron, y siguen siendo en algunos sitios, el principal vehículo y medio de transporte en las zonas rurales de España.
No podía faltar el niño que «se pierde» por el pueblo y sus inmediaciones para jugar, pasear en bici o para intentar cazar algún desafortunado pajarillo con su rudimentario tirachinas.
No hace mucho, existió una época en la que los niños campaban a sus anchas por el pueblo.
Prácticamente se pasaban el día fuera y sus padres sabían con certeza que podían estar tranquilos.
No se si ahora podrían estar tan tranquilos. Muchas cosas han cambiado.
Al lado del Molino del batán se encuentra un hombre preparando a su burro para la próxima carga.
A su lado, un par de mujeres hacen la colada, aprovechando las horas de sol, que en invierno no son muchas.
Hola.
El sabado 12 de mayo se inauguró un conjunto de esculturas del mismo estilo de Luis Zafrilla en el pueblo de Castellet, en el municipio de Castellet i la Gornal de Barcelona. Adjunto el enlace a la noticia de la web: https://www.castelletilagornal.cat/actualitat/noticies/castellet-encantat.html
¡Hola Marta! que bonito, y que ilusión da ver que el talento de Luis Zafrilla traspasa fronteras. Muchas gracias por tu aportación. Un abrazo 🙂