Hace unos meses ya os hablamos del Paisaje Ilustrado de Valdemeca, otro de los viajes a la cultura rural que nos ofrece uno de los tres Paisajes Ilustrados que hay en la Serranía de Cuenca. En esta ocasión os queremos presentar, de la mejor manera posible, el Paisaje Ilustrado de Cañete.
Al igual que el de Valdemeca, esta serie de figuras hechas en acero por el artista Luis Zafrilla, pretenden mostrarnos de una manera gráfica y con escenas tradicionales, la vida de antaño, tal y como se conocía antes de que llegaran las máquinas al campo.
Recorrido por el Paisaje Ilustrado de Cañete
Nada más hacer entrada en el pueblo, os dará la bienvenida la rondalla, cinco simpáticos músicos que tocan el acordeón , la guitarra y la bandurria. Estas figuras nos brindan la posibilidad de hacernos divertidas fotos, mostrando nuestras caras y haciéndonos sentir parte del grupo musical. ¿No os parece divertido?
La Rondalla ¡Hazte una foto divertida!
A partir de aquí, el recorrido nos lleva por una cuidada senda empedrada que se dirige hacia el río de la Virgen, también denominado Tinte.
A este paraje se le denomina «El Postigo» y se extiende bajo las murallas del casco antiguo, lo que lo hace todavía más espectacular. Inevitablemente, el ambiente se vuelve más fresco, ya que nos metemos en una zona con generosas sombras y abundante vegetación de ribera.
El agua es pura y cristalina y todo está muy verde y frondoso. Esta senda está rodeada en todo momento por una valla de madera, que nos acompañará por el recorrido que trascurre a orillas del riachuelo.
Por este tramo podemos ver algunas casas colgadas y muy antiguas que permanecen caprichosas y desafiando a la gravedad.
Cruzamos un pequeño puente de madera hecho con una gran viga, y vemos otro grupo de figuras del Paisaje Ilustrado de Cañete.
En este caso se trata de cuatro lavanderas, que se encuentras a orillas del riachuelo.
Están de rodillas, y a su vera un cubo de zinc repleto de ropa sucia y una tabla de lavar o losa, en la cual escurren y frotan con fuerza los harapos.
Las Lavanderas, sin perder la sonrisa
Una hora lavando la ropa equivalía a una hora de natación a ritmo de carrera, y era una labor tan agotadora que se consideraba causa de numerosas enfermedades.
Era tan trabajoso, que se lavaba la ropa una vez al mes. Mientras tanto, se disimulaba el mal olor con perfumes.
Justo detrás de las lavanderas están sus hijos. Era común que las mujeres se llevaran a los hijos para que jugaran y corretearan a su alrededor mientras ellas limpiaban la ropa en el río.
La colada, se convertía en el momento de conversaciones y chascarrillos entre las mujeres. Si os fijáis bien, veréis que, a pesar de lo dura que era esta tarea, las mujeres no pierden la sonrisa.
Molineros. Esto si era trabajar…
No muy lejos de las lavanderas y sus hijos, nos paramos a ver de cerca a un matrimonio que está moliendo trigo en un ancestral y rudimentario molino.
Nosotros seguimos recorriendo nuestra senda, y según avanzamos vamos oyendo un sonido de agua precipitándose.
La Cascada del Pozo de la Horca
El sonido se hace cada vez más y más evidente, hasta que de repente nos topamos con la imponente Cascada del Pozo de la Horca con una altura de, nada más y nada menos, de 10 metros y una apariencia que fácilmente podría confundirse con cualquier cascada de algún rincón del Amazonas.
Aquí, el ruido de esta masa ingente de agua cayendo y golpeando el suelo, es casi ensordecedor.
Una vez aquí, tenemos que volver sobre nuestros pasos durante unos metros, para después hacer una leve subida hacia el casco urbano de la localidad.
Hemos dicho una «leve» subida, porque nosotros no llevamos un gran saco de esparto repleto de leña o productos sacados de la huerta, tal y como tenían que hacer los antiguos habitantes.
Incluso hoy en día, no es difícil ver esta estampa en cualquier pueblo de España. La cara de este anciano lo dice todo…
Carreras de aros, juego olvidado
Ahora ya estamos recorriendo las calles de Cañete, y lo primero que vemos son dos pequeños jugando a uno de los juegos más típicos y tradicionales: la carrera de aros.
Los juegos que había antes ya no se juegan ahora. Incluso juegos más modernos que este, como el chompo, las canicas, la comba, la muñeca… se han visto reemplazados por otros como el teléfono móvil.
Por eso es tan bonito echar una mirada al pasado. Es bueno saber de dónde venimos y hacia dónde vamos…
Encierro de Cañete
Seguimos nuestro paseo por la cultura rural y nos encontramos con otra escena tradicional. Esta si que no ha cambiado todavía…
Nos referimos al encierro. Un gran morlaco recorre a sus anchas las calles del pueblo mientras algunos valientes intentan zafarse de una buena embestida, saltando por un muro.
La mayoría de estos valientes tiene un pañuelo en la mano, que hace las veces de capote y aquí el artista también quiso dejar claro lo bien que lo están pasando. Seguro que mejor que las lavanderas…
Cañete, ciudad amurallada
Poco después ya podemos ver otro de los atractivos de Cañete. La muralla que rodea al pueblo es de origen andalusí con reformas cristianas posteriores.
La muralla de Cañete partía del Castillo y anillaba completamente la población. Dentro de su recorrido, destaca la Puerta de las Eras, un gran arco de herradura abovedado.
Después de atravesar un arco, y fuera de los límites de la muralla, llegamos a un gran pilón, donde una familia ha parado para dar de beber a las mulas que, dócilmente, tiran de su carro.
Ellos también aprovechan para llenar sus botijos del agua fresca que mana del generoso caño. Ahora ya pueden proseguir su camino…
Carro en la Fuente… ¡a reponer fuerzas!
No es necesario irse muy lejos para ver otra de las estampas más tradicionales de Cañete.
Procesión de la Virgen de la Zarza
La procesión de las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de la Zarza. Al igual que en el Paisaje Ilustrado de Valdemeca, aquí podrás ver a gente que todavía hoy en día recorre las calles del pueblo… ¡Más real imposible!
Ahora ya si que sólo nos queda un Paisaje Ilustrado por enseñaros: El Paisaje Ilustrado de Huerta del Marquesado. Pero eso ya lo dejamos para otro día…
Hola, muy interesante el post. Justo hemos visto alguno de estos paisajes hoy. Me he dado cuenta que en su post nombra el de la procesión, pero la imagen no aparece.
Un saludo,
¡Hola Cristina! gracias por tu comentario. ¡Si que sale la procesión! Si te das cuenta, es la primera foto del post. Un saludo 😉
Hace poco, he tenido la gran suerte de conocer un poquito la obra de este formidable pintor, yo conocía algunas obras, por una exposición, que vi en Valencia, pero estas esculturas, no tenia ni idea, me encantaron, solo vi las de Valdemeca, pero espero ir a Cañete, y ala huerta del maestrazgo,
¡Hola Elvira! pues si te gustó el Paisaje Ilustrado de Valdemeca te encantarán los de Huerta del Marquesado y Cañete. ¡Y sería genial si se hubiera hecho en más pueblos! Un auténtico viaje al pasado 🙂 Un abrazo y gracias por comentar.
Este verano del 21, pasé por el pueblo y me gustaron muchísimo las fotos e ilustraciones troqueladas en hierro. Tienen un colorido vivo ya la vez con un toque envejecido q las hace muy bonitas y evocadoras.
Me gustaría volver a Cañete.Además comofeu unas empanadillas de boniato exquisitas y unos mantecados también muy ricos.
Me encanta nuestra España, tan hermosa y variada.
¡Es la magia del gran Luis Zafrilla! Gracias a su arte es más fácil trasladarse a otra época. Tú lo has dicho, tenemos un País hermoso y variado. Gracias por tu comentario 🙂